Nuestro mundo está experimentando muchos problemas en términos de alimento pérdida. Nuestro mundo está lleno de economías desequilibradas y, por lo tanto, en cada economía vive un tipo diferente de seres humanos. Algunas personas son lo suficientemente ricas como para comer lo que quieran, sin importarles la cantidad de comida que desperdician y, por otro lado, hay personas que no pueden organizar ni siquiera una comida única. Al ver estas situaciones, muchas organizaciones han desarrollado formas a través de las cuales se puede controlar este desperdicio de alimentos. Nuestros agricultores cultivan cultivos alimentarios esenciales para nuestra alimentación y ahora existen métodos modernos mediante los cuales se puede aumentar la producción de cultivos. La gráfica de la tasa de fertilidad del suelo también aumentará en términos definidos si se le agrega el contenido adecuado de vitaminas y nutrientes. Teniendo todo esto en cuenta, los científicos han descubierto recientemente que los desechos de alimentos fermentados generan bacterias útiles que aumentan la producción del cultivo y también mantienen su crecimiento. Sin embargo, existe el riesgo de que haya patógenos en el cultivo y esto hace que la planta sea altamente resistente a los patógenos, lo que ayuda a reducir el carbono emitido por la agricultura.
Se analizó que, cuando se añadían residuos de alimentos fermentados a los sistemas de cultivo de plantas, los microbios beneficiosos aumentaban drásticamente. De este modo, podremos cultivar cultivos más sanos que son muy deseados por esta generación. Se las conoce como bacterias buenas, ya que generalmente producen compuestos y metabolitos antimicrobianos que ayudan a que las plantas crezcan mejor y más rápido.
Dado que las plantas de este experimento se cultivaron en un invernadero, los beneficios de los productos de desecho se conservaron dentro de un sistema de riego cerrado. Las raíces de las plantas recibieron una nueva dosis del tratamiento cada vez que fueron regadas. Éste es uno de los puntos principales de esta investigación, afirmó Pagliaccia. "Crear un ciclo sostenible donde ahorremos agua reciclándola en un sistema de riego cerrado y al mismo tiempo añadimos un producto procedente del desperdicio de alimentos que ayude a los cultivos en cada ciclo de riego. Estos resultados fueron descritos recientemente en un artículo publicado en la revistaFrontera en Sistemas alimentarios sostenibles.