Una nueva investigación sugiere que los microbios presentes en nuestro intestino podrían ser útiles para analizar síntomas específicos asociados con algunos tipos de trastornos neurológicos. Si vemos nuestro cerebro De estructura, es compuesta y hay muchos receptores que ayudan a mantener la conexión, enviando la señal y comunicándose en forma de señales neuronales. Un cerebro realiza múltiples tareas simultáneamente. Muchos investigadores y expertos en el campo de la neurología han puesto esfuerzos como el Dr. Mauro Costa Mattioli, profesor de la Fundación Cullen de Neurociencia y director del Centro de Investigación de la Memoria y el Cerebro de Baylor. Descubrieron que los genes y los microbiomas del huésped regulan de forma interdependiente diferentes comportamientos anormales.
Más importante aún, desde una perspectiva terapéutica, descubrieron que el tratamiento con un microbio específico promueve la producción de compuestos de la familia de las biopterinas en el intestino. Además, el tratamiento con una molécula de biopterina metabólicamente activa mejoró el comportamiento social pero no las actividades motoras. Somos portadores de genes microbianos y del huésped. Si bien la mayor parte de la atención se ha centrado tradicionalmente en los genes del huésped; El microbioma intestinal y la comunidad de microorganismos que viven dentro de nosotros también son otras fuentes importantes de información genética.
El trabajo del grupo de Costa-Mattioli ofrece una perspectiva alternativa sobre los problemas neurológicos donde las cualidades humanas y microbianas se conectan entre sí y se suman a la condición. Sus descubrimientos también sugieren que los medicamentos potentes deben dirigirse tanto al cerebro como al intestino para abordar completamente todos los síntomas. Además, abren la posibilidad de que otras enfermedades complejas, como el cáncer, la diabetes, la contaminación viral u otros problemas neurológicos, puedan tener un componente microbioma.
A pesar de la relativa multitud de avances científicos y la garantía del control genético, todavía es difícil regular las cualidades humanas para tratar enfermedades, pero modificar nuestro microbioma es definitivamente una opción fascinante y no invasiva.