Cuando se trata de inventos y tecnología, la lista siempre es interesante y explora nuevas innovaciones. Un científico desarrolla una nariz que puede detectar la frescura de la carne. El equipo de científicos dirigido por la Universidad Tecnológica de Nanyang en Singapur ha inventado un sistema olfativo artificial que imita la nariz de los mamíferos para evaluar con precisión la frescura de la carne y funciona con un cálculo y un algoritmo adecuados. Esta es una mezcla de ciencia biomédica y de inteligencia artificial. Una nariz electrónica comprende un código de barras que cambia de color con el tiempo en reacción a los gases producidos por la carne a medida que se descompone y hay un lector de códigos de barras en forma de una aplicación para teléfono inteligente impulsada por inteligencia artificial. Se da un entrenamiento adecuado a la nariz para reconocer si la carne está podrida o fresca. Hay una gran cantidad de bibliotecas de colores de códigos de barras a partir de las cuales esta nariz electrónica predice la frescura de la carne y luego indica si está fresca o no. Una red de IA tiene una red neuronal completa que procesa los comandos y sigue los algoritmos para funcionar como un ser humano y leer códigos de barras de diferentes colores y brindar un resultado relevante.
Cuando se prueba en algunos productos de uso comercial para verificar su calidad en muestras empaquetadas de carne de pollo, pescado y carne de res que se dejaron envejecer y con ganas de descomponerse, el equipo descubrió que su algoritmo de inteligencia artificial de red neuronal de convolución profunda que impulsa la nariz electrónica predijo la frescura de las carnes con una precisión del 98,5%. A modo de comparación, el equipo de investigación evaluó la precisión de la predicción de los algoritmos comúnmente utilizados para medir la respuesta de sensores como el código de barras utilizado en la nariz electrónica. Este tipo de análisis mostró una precisión general del 61,7 por ciento.
Motivo de la nariz E
El motivo detrás de la idea del cohete es ayudar a reducir el desperdicio de alimentos confirmando a los consumidores si la carne es apta para el consumo o si debe tirarse a la basura o dársela a los perros callejeros. Esto es más preciso de lo que podría decir una etiqueta de caducidad antes del equipo de investigación de NTU Singapur, que colaboró con muchos científicos de todo el mundo de países como China, Estados Unidos y Rusia. En ocasiones los clientes son muy descuidados y descartan alimentos o productos. Los códigos de barras les ayudan a ahorrar dinero al garantizar que no desechen productos, lo que también ayuda al medio ambiente y mantiene un ciclo del ecosistema. La naturaleza biodegradable y no tóxica de los códigos de barras ayuda a obtener una alta frescura de los alimentos que debemos analizar en las cadenas de suministro superiores. En la nariz electrónica, las 20 barras del código de barras actúan como receptores. Cada barra está hecha de quitosano, que es un azúcar natural incrustado en un derivado de celulosa y cargado con un tipo diferente de tinte. Estos tintes reaccionan con los gases emitidos por la carne en descomposición y cambian de color en respuesta a los diferentes tipos y concentraciones de gases, lo que da como resultado una combinación única de colores que sirve como un aroma que indica el estado de cualquier carne.