Los sensores de flujo también se conocen como medidores de flujo, que son dispositivos únicos y se utilizan para medir la velocidad del flujo de líquido o gas. Se puede decir que es una variante del velocímetro. El estudio de flujo es crucial porque ayuda a comprender el mecanismo y el proceso de estos medidores de flujo en términos de su uso y cómo demuestran ser un elemento deseado. Los sensores de flujo son el tipo más popular de sensor de flujo sin contacto. Los sensores de flujo ultrasónicos envían pulsos de sonido de alta frecuencia a través del medio líquido o gaseoso que fluye. Estos sensores miden el tiempo entre la emisión del sonido y su contacto con el receptor del sensor para determinar el caudal del gas o líquido.
Se utilizan ampliamente en sistemas HVAC, equipos médicos, plantas químicas y fosas sépticas. Los sensores de flujo también pueden detectar fugas, obstrucciones, tuberías rotas y cambios en la concentración de líquidos debido a contaminación o polución. Los sensores de flujo se pueden dividir en dos grupos, a saber, sensores de flujo de contacto y sin contacto. Los sensores de flujo de contacto se utilizan en aplicaciones donde no se espera que el líquido o gas medido se atasque en la tubería cuando entra en contacto con las partes móviles del sensor. No tienen partes móviles y generalmente se usan cuando el líquido o gas a monitorear se contamina o se altera físicamente de otra manera a través del contacto con partes móviles. Los sensores electromagnéticos generan un campo magnético perpendicular al fluido que fluye. Los iones cargados en el fluido atraviesan el campo magnético y provocan un cambio en la conductividad, que se mide con un electrodo. Un aumento de la velocidad del flujo hace que las células sanguíneas se alineen con la pared del vaso y, por tanto, se vuelvan más perpendiculares al campo magnético, lo que conduce a un aumento mensurable de la conductividad.
La velocidad del flujo biofluídico es un parámetro fisiológico clave, pero los sensores de flujo existentes se consideran voluminosos o carecen de alguna parte, como si no tuvieran la estabilidad adecuada. La velocidad del flujo biofluídico es un parámetro fisiológico clave y, de hecho, muy importante. El último sensor de flujo desarrollado por el equipo de Umass Amherst se basa exclusivamente en grafeno, que es una sola capa de átomos de carbono colocados en una red de panal para extraer la carga del flujo acuoso continuo. Este descubrimiento cambiará todo el panorama de la industria de la salud. Los dos tipos más comunes de sensores de flujo de contacto son los sensores de flujo mecánicos y de vórtice. Los sensores de nivel bajo de vórtice se componen de un pequeño pestillo que se flexiona hacia adelante y hacia atrás cuando entra en contacto con un líquido o gas que fluye.